Por ser una región rodeada de una imponente belleza natural, los gobiernos locales en Puget Sound tienden a demostrar énfasis en la protección del medio ambiente, sin embargo, no todos los habitantes reciben la misma atención. Grandes disparidades ambientales son palpables en vecindarios de bajos recursos y de minorías raciales. Como sucede en muchas zonas metropolitanas del país, también hay sectores con altos niveles de contaminación del aire, el agua y el suelo, lo que representa una carga enorme para las comunidades de color y se traduce en problemas endémicos de salud y acceso limitado a áreas verdes y hasta opciones saludables de nutrición.
Un claro ejemplo de los inmensos desafíos que ocasiona el impacto desigual de la contaminación y el deterioro del medio ambiente es la realidad que vive la comunidad de South Park, ubicada aproximadamente seis millas al sur del centro de Seattle. Se encuentra en el corazón del valle del Duwamish, el único río ubicado dentro de los límites de la ciudad. Esta vía fluvial pasa entre los vecindarios de South Park y Georgetown y cruza la zona industrial de Seattle y la Bahía de Elliot.
South Park no solo está rodeado de complejos industriales y de uso comercial sino de tres transitadas autopistas. También tiene como vecino al Aeropuerto Internacional del Condado King-Boeing Field. El 39% de los habitantes de South Park son de origen Hispano. En Washington, el porcentaje es de 13%. La alta concentración de Hispanos se debe en gran parte por prácticas discriminatorias de vivienda que a través de la historia han segregado a esta comunidad.
El contraste entre la calidad del aire y los niveles de ruido con otras ciudades y vecindarios de Puget Sound es algo que pueden percibir los que visitan South Park prácticamente al llegar. En otros sectores, los residentes pueden disfrutar de aire limpio, silencio, vistas imponentes y pueden utilizar los ríos sin miedo a los contaminantes. En South Park, el rugir de las turbinas de los aviones es constante, así como el ruido de los motores de los vehículos de todo tamaño que transitan por las autopistas que rodean el vecindario. Las partículas de contaminación en el aire causan irritación en los ojos casi de inmediato. El paisaje del río se limita a barcazas de transporte de material y viejas grúas y muelles oxidados. El río tiene niveles tóxicos tan altos que está prohibido, por ejemplo, que las personas entren a sus aguas o pesquen. Es una advertencia que han publicado en numerosos avisos instalados en diferentes lugares de la orilla y hasta en postes en medio del agua.
Límites del barrio South Park en la ciudad de Seattle
39% de los habitantes de South Park son de origen Hispano. En el estado de Washington el porcentaje es de 13%.
“Desde chiquita siempre sabía que el río estaba contaminado y no podía meterme al río. Sabía que no podía nadar en el río. Y nunca supe por qué. No entendía por qué. Y de grande fui aprendiendo que hay otras comunidades que se pueden meter al agua, que tienen parques limpios, que el aire no está contaminado. Y poco a poco mientras estaba creciendo de todas las injusticias que tenemos acá”, explica Ruby Vigo, quien se crió en South Park y ahora coordina la división juvenil de la Coalición Comunitaria del Río Duwamish (DRCC), organización sin fines de lucro dedicada a empoderar a esta comunidad en su lucha por un futuro ambiental justo.
Las últimas cinco millas antes de la desembocadura del río Duwamish en la Bahía de Elliott eran consideradas uno de los tramos fluviales más contaminados del país. Los niveles eran tan altos en los sedimentos, el agua y los peces que la Agencia de Protección Ambiental (EPA) lo declaró un Super fondo en 2001. Los super fondos es la designación queda el gobierno federal a zonas que contienen residuos químicos nocivos que no se han desechado apropiadamente y que tienen que limpiarse, una labor que en South Park continúa.
El cauce del río Duwamish fue un importante corredor industrial desde inicios del siglo XX. El agua de lluvia que arrastraba las emanaciones, las aguas residuales y los derivados tóxicos de la actividad fabril como PCBs (bifenilos policlorados) y arsénico – sustancias cancerígenas en los seres humanos – se asentaron en el fondo del río, creando un peligro constante para la salud de los habitantes de South Park.
“Veían al río como un basurero de residuos industriales… Y South Park antes era un barrio en que los que no tenían mucho dinero venían a vivir aquí. Y no creo que sea justo que esto sea lo que tenemos que vivir. No, no es justo”, expresa Vigo.
Un estudio de la Agencia de Protección Ambiental encontró que los residentes de South Park tienen un promedio de expectativa de vida de ocho años menos que el resto de los habitantes de la ciudad de Seattle.
Ruby Vigo. Coordinadora la División Juvenil de la Coalición Comunitaria del Río Duwamish
Los peces, mariscos y otros organismos del río también contienen altos niveles de contaminantes, por lo que su consumo por parte de los seres humanos constituye un peligro elevado. A dos décadas de su designación como Super fondo, se ha logrado extraer cerca de la mitad de los químicos del sedimento de este tramo del río Duwamish, pero el proceso es lento y aún no pueden precisar cuándo terminará y si al final la comunidad podrá disfrutar de sus aguas y recursos.
Pero los químicos del río son solo uno de los problemas ambientales que aquejan a los residentes de South Park. La polución del aire y el ruido que causa el tránsito vehicular por las tres carreteras, además del tráfico constante de aviones tanto al este en el aeropuerto del condado King (donde se ubica la fábrica de Boeing), y al sur, en Sea-Tac, son una amenaza para la salud. Esto se manifiesta en altos índices de enfermedades cardiovasculares y respiratorias en la comunidad.
Por ejemplo, la tasa de hospitalizaciones por casos serios de asma infantil en South Park está entre las más altas del condado King. “Yo me involucré porque mis dos hermanitas tienen asma y como todo el South Park está contaminado en el aire, en el río y todo, me preocupé más porque quería saber qué puedo hacer”, explica Kelcey Valdez, Coordinadora de Promoción Social de DRCC. Valdez se integró a la organización a los 13 años y ha continuado trabajando para sacar al vecindario adelante. «Yo me siento muy feliz de estar aquí con la comunidad porque por ser latino es muy difícil hacer un cambio en su comunidad. Porque piensan, “¡Oh! Ellos no hacen nada más que venir a Estados Unidos a robarse los trabajos”. ¡No! Nosotros estamos haciendo una diferencia en nuestra comunidad para los niños, para los padres y para nosotros», añade Valdez.
Entre la evidencia científica más contundente que ilustra el vínculo entre la contaminación y las consecuencias para la salud de los residentes del valle del río Duwamish está un estudio ambiental que financió en parte la Agencia de Protección Ambiental, el cual encontró que los residentes de South Park tienen un promedio de expectativa de vida de ocho años menos que el resto de los habitantes de la ciudad de Seattle.
Con el fin de concientizar a la juventud de los grandes desafíos que enfrenta esta, el DRCC ofrece varios programas comunitarios, como la División Juvenil del Valle del Duwamish o Duwamish Valley Youth Corps (DVYC). “Nos reunimos una vez a la semana y hablamos sobre lo que está ocurriendo en la comunidad, aprenden sobre el cambio climático, el valle, su historia, el río. Y otros fines de semanas, tomamos acción. Vamos a la comunidad y hacemos algo. Hoy estamos limpiando jardines y removiendo arbustos de moras y otras plantas invasoras. Otros días recogemos basura. Otros días vamos al río y limpiamos las orillas” explica Vigo.
Crédito: Duwamish River Clean Up Coalition. Miembros de la comunidad durante la limpieza del río
Hoy en día se podría decir que la cantidad y complejidad de los problemas que causa la contaminación en el área ha dejado de ser un obstáculo para convertirse en el aliciente de este grupo de jóvenes Hispanos que luchan por acabar con las disparidades ambientales en Puget Sound.
“Cuando pienso en justicia ambiental, pienso en que la juventud [de South Park] disfrute lo que otros vecindarios disfrutan. En este momento no hay parques disponibles. Uno que debería haber abierto hace meses continúa cerrado debido a los sedimentos contaminados. No es seguro que los niños jueguen en él. Así que en eso pienso cuando pienso en justicia ambiental: que todos puedan disfrutar sus vecindarios y un ambiente saludable”, concluye Vigo.