Mucha gente no lo sabe, e incluso se cree que es un mito, pero las vacas contribuyen en gran parte al calentamiento global por la emisión de metano que hacen, por lo que un grupo de científicos inició un proyecto para determinar si los suplementos alimenticios basados en algas podrían contribuir a reducir esas alarmantes emisiones de las vacas en el planeta, y al mismo tiempo impulsar su producción de leche.
El plan recibió un subsidio de 10 millones del Departamento de Agricultura, y aunque el proyecto tiene su base en Maine, Estados Unidos, el problema es mundial.
Compuestos de algas, que incluyen algas marinas, han demostrado que logran interrumpir en los estómagos de las vacas la actividad de los microbios que produce el metano. Energía que de otra manera, en lugar de producir metano, trabajaría directamente en más producción de leche y carne.
La teoría ha sido reforzada por otro estudio que realizaron expertos de la Universidad de California, el que concluyó que incorporar suplementos de algas rojas en la dieta del ganado vacuno podría reducir las emisiones de metano de los animales de granjas hasta en un 82 %.
El proceso que genera el metano
Las vacas al hacer la digestión exhalan metano, que es un gas de efecto invernadero aproximadamente 30 veces más potente que el dióxido de carbono.
Los bovinos y los rumiantes son herbívoros domésticos y salvajes que comen plantas y las digieren a través del proceso de fermentación en un estómago de cuatro compartimentos. Ahí el metano se produce como un subproducto de procesos digestivos que tienen lugar en el primero de esos compartimentos.
Es en esa cámara donde, para obtener energía, millones de microorganismos anaeróbicos (bacterias, protozoos y hongos) fermentan el alimento que pueden utilizar, dando el metano como producto final.
A todo eso hay que agregarle, aunque en menor proporción, la generación de metano en el estiércol del ganado, que a nivel mundial es responsable de emitir anualmente una cantidad de metano que equivale a 3.1 gigatoneladas de dióxido de carbono en la atmósfera.
Y el problema está empeorando. Durante los últimos 50 años, y en cada uno de ellos, se suman, en promedio, unos 25 millones de rumiantes domésticos al corral mundial, lo que genera más presión al fenómeno del calentamiento global.
Enorme generación de gases de efecto invernadero
Más del 14 % de la contaminación mundial de gases de efecto invernadero proviene de los animales en las granjas, y los ganados generan más de la mitad de esas emisiones, en la mayor parte por sus eructos. Para atacar el problema, la industria lechera ha estado trabajando durante décadas para hacer a las vacas más productivas, pero con un menor impacto ambiental mediante una combinación de reproducción selectiva y ajustes en su alimentación.
Otras investigaciones proponen comer menos carne de res y más carne de cerdo o de aves de corral, ya que esos animales son monogástricos, es decir, tienen estómagos de un solo compartimento, por lo que sus emisiones de metano son mucho menores.
Ahora, si bien una menor emisión de metano en la ganadería ayudará a reducir el calentamiento global, tampoco quiere decir que va a ser suficiente porque ese gas también lo generan la industria petrolera, la minería de carbón, el sector de los desechos y otras actividades.