Dentro de solo unos años, las catástrofes naturales que sufre actualmente la población mundial se van a incrementar drásticamente. De las actuales casi 400 al año, a cerca de 560, y el cambio climático es el responsable, señala un alarmante reporte de la Oficina de Reducción de Desastres de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El estudio de la ONU advierte que si no se toman medidas urgentes y se continúa con este ritmo, el planeta experimentará olas de calor extremo para el año 2030 que serán tres veces más de lo que fueron en el 2001, cuando se van a registrar un 30 % más de sequías, las que no solo serán provocadas por la crisis del clima, sino que se combinarán con la pandemia, los colapsos económicos y la escasez de comida.
“La gente no se ha dado cuenta de cuánto dinero se pierde cuando hay un desastre”, indicó Mami Mizutori, directora de la Oficina de Reducción de Desastres, en una rueda de prensa. “Si no nos anticipamos, vamos a llegar a un punto donde no podremos manejar las consecuencias de un desastre. “Estamos en este ciclo vicioso”, añadió.
Los científicos que prepararon el reporte de la ONU enfatiza que estos eventos encaminan al mundo hacia una nueva realidad, y que la prevención de riesgo es muy necesaria para aminorar los impactos de los posibles estragos pronosticados.
Eso quiere decir que la sociedad necesita reevaluar cómo va a financiar, manejar y discutir el riesgo de estos desastres, y qué es lo que más valora, señala el documento. Eso queda de manifiesto porque actualmente el 90 % de los fondos para desastres son destinados para alivio de emergencias, solo el 6 % se gasta en reconstrucción y un 4 % en prevención, recalcó Mizutori.
La directora de la Oficina de Reducción de Desastres también recordó que durante años las muertes por catástrofes habían descendido consistentemente gracias a mejores advertencias y prevención. Pero que en los últimos cinco años esos decesos son muchos más que en los previos cinco años, señaló el coautor del reporte, Roger Pulwarty, científico climático y social de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica
En resumen, el reporte pide que se haga una revisión de la manera en que se habla de riesgos. “Por ejemplo, en lugar de discutir sobre la posibilidad de que –por decir un número–, hay un 5 % de probabilidades de que ocurra un desastre este año, los funcionarios deberían hablar de que suceda en 25 años, lo que lo hace muy probable”, dijo Mizutori.
“En un mundo de desconfianza y desinformación, esto es crucial para avanzar”, señaló Susan Cutter, subdirectora del Instituto de la Vulnerabilidad de Riesgos y Resiliencia de la Universidad del Sur de Carolina quien no participó en el reporte de la Oficina de Reducción de Desastres de la ONU. “Podemos seguir adelante reduciendo los factores básicos de riesgo: desigualdad, pobreza, pero sobre todo, el cambio climático”.