En la actualidad, el estrecho es el motor económico y cultural de una región de casi cinco millones de habitantes, incluyendo 19 tribus reconocidas por el gobierno federal y cuatro de las ciudades más importantes de Washington: Olympia, Tacoma, Seattle y Everett.

El futuro de dos de las principales actividades económicas del estado de Washington, la pesca y el transporte, depende de la salud ecológica de Puget Sound.

Sin embargo, esta pujante región enfrenta varios retos ambientalistas que amenazan al ecosistema y, a la vez, el futuro económico de los que viven en zonas aledañas. Esto ha obligado a la comunidad científica, del activismo y del liderazgo comunitario a unirse en pos de la protección del entorno natural y la conservación de los recursos para el beneficio de las actuales y futuras generaciones.

En la actualidad, el estrecho es el motor económico y cultural de una región de casi cinco millones de habitantes, incluyendo 19 tribus reconocidas por el gobierno federal y cuatro de las ciudades más importantes de Washington: Olympia, Tacoma, Seattle y Everett.

El futuro de dos de las principales actividades económicas del estado de Washington, la pesca y el transporte, depende de la salud ecológica de Puget Sound.

Sin embargo, esta pujante región enfrenta varios retos ambientalistas que amenazan al ecosistema y, a la vez, el futuro económico de los que viven en zonas aledañas. Esto ha obligado a la comunidad científica, del activismo y del liderazgo comunitario a unirse en pos de la protección del entorno natural y la conservación de los recursos para el beneficio de las actuales y futuras generaciones.

En la costa norte del estado de Washington se encuentra el Estrecho de Puget, o Puget Sound, como se le conoce en el Pacífico Noroeste estadounidense. Esta región geográfica consiste de cerca de 1,020 millas cuadradas (2,600 km²) de un profundo fiordo excavado por la expansión del manto de hielo de la cordillera de Alaska hace más de 13,000 años. Hoy en día, este sistema de bahías, islas y ensenadas representa, por su volumen hídrico, el estuario más grande de los Estados Unidos continentales.

PUEBLOS ORIGINARIOS: VÍNCULOS
ANCESTRALES Y PREOCUPACIÓN POR UN FUTURO ECOLÓGICO INCIERTO.

La Tribu Squaxin, en el extremo sur del Estrecho de Puget, conserva tradiciones ancestrales que obligan a cuidar el litoral y su fauna marina, en especial el salmón. El futuro de la especie está ligado al sustento físico, económico y espiritual de la tribu.

FUENTE DE RECURSOS EN PELIGRO PARA LOS CRIADORES DE MARISCOS.

Los acuicultores de Puget Sound ven anualmente el daño del cambio climático en sus cosechas. Son comunes los reportes del aumento del porcentaje de ostiones que mueren antes de alcanzar suficiente madurez para su comercialización.

PUERTO DE SEATTLE: FUENTE DE OPORTUNIDADES PARA LA JUVENTUD HISPANA.

La industria marítima de Washington ofrece oportunidades laborales con atractivos salarios que muchos jóvenes Hispanos aún no han descubierto. El Puerto de Seattle promueve dichos empleos en su compromiso con la inclusión y la protección ambiental.

EL ROL DE LOS JÓVENES HISPANOS EN LA LUCHA POR UNA JUSTICIA AMBIENTAL.

South Park es una comunidad con alta concentración de Hispanos que conviven con varias fuentes de contaminación. Sus jóvenes promueven la justicia ambiental para que su comunidad tenga el mismo acceso a la salud y el mundo natural que el resto de Puget Sound.

LOS MICROPLÁSTICOS: AMENAZA DIRECTA AL BIENESTAR AMBIENTALISTA DEL ESTRECHO DE PUGET.

El Acuario de Seattle analiza evidencia de la elevada concentración de microplásticos en la Bahía de Elliott. Además promueve la conexión entre humanos y especies marinas a través de exhibiciones didácticas y educación comunitaria.

Hoy por hoy, el estrecho de Puget enfrenta un futuro medioambiental incierto. La salud y calidad de las aguas y el aire depende de muchos factores. El más importante es el factor humano. De las acciones de esta y las futuras generaciones dependerá la conservación o el deterioro del delicado conjunto de ecosistemas que conforman esa rica y bella región. Aunque no existe manera de reparar la totalidad de los daños, la comunidad científica conserva la esperanza de prevenir efectos a futuro por medio de una mejor educación e incentivo a la responsabilidad de los residentes de la región y quienes visitan el estrecho. Asimismo, la solución también dependerá de que las comunidades de minorías raciales, quienes a menudo deben lidiar con un impacto desproporcionado de la contaminación, jueguen un papel activo en el cuidado del medio ambiente y formen parte de las decisiones del futuro desarrollo del área. En verdad, la comunidad científica, los activistas y quienes impulsan el crecimiento económico de la región tienen metas en común y coinciden en varios puntos. Entre ellos, dos: hay numerosas razones para conservar la esperanza, y que la conservación y protección de Puget Sound es una misión compartida.

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